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8 jul 2014

Vanity fair entrevista a Mayte y a Maria (por separado) en 2014

La culpa fue del boogie: las Baccara repasan su apasionante historia

Una era de Madrid. Otra, de Logroño. En 1977 se convirtieron en el dúo femenino más exitoso de la Historia. No se ven desde 1982. Hoy las Baccara recuerdan (por separado) su increíble historia.

Por GUILLERMO ALONSO | 3-julio-2014
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María Mendiola era la de blanco. Mayte Mateos era la de negro.© gtresonline
'Yes sir, I can boogie' es uno de los temas disco más famosos que existen. Ha vendido más de 16 millones de copias, aparece en el Guiness de los Records, está situado en el octavo puesto de los singles más exitosos de la historia de la música y puede permitirse mirar con desdén a 'My heart will go on' de Celine Dion o a cualquier single de los Beatles. La sorpresa para los menores de 30 años llega aquí: la canción la interpretaban una chica de Madrid y otra de Logroño, exbailarinas de la televisión pública.
Baccara conoció el éxito desde 1977 a 1982. Se separaron tras publicar cuatro discos y formaron cada una de ellas un nuevo dúo. A día de hoy existen dos formaciones llamadas Baccara que interpretan el mismo repertorio desde Russia a Israel (curiosamente apenas actúan en España). La relación entre Mayte y María no acabó bien. Pero actualmente vuelven a ser noticia. Las 'Baccara' de María actuarán este viernes 4 de julio en Madrid, dentro de las celebraciones del Shangay Pride en la ciudad. Y Mayte Mateos ha grabado una curiosa versión de su gran éxito con el grupo londinense Sala and the strange sounds, cuyo videoclip ha recibido varias nominaciones en los últimos Berlin Music Video Awards.
Llevan treinta y dos años sin verse o hablarse pero hoy, separadas por mil kilómetros (una vive en Madrid y otra en Mallorca), recuerdan la apasionante historia que las unió y las circunstancias que las separaron.
María mendiola (Madrid, 1952): Mayte y yo nos conocimos en el ballet de Televisión Española. Yo era entonces primera bailarina. Un día le dije: “¿Por qué no formamos un grupo?”. Y en cuanto teníamos un ratito libre ensayábamos el show por los pasillos y camerinos.
Mayte Mateos (Logroño, 1951): Las compañeras se rieron de nosotras y nos dijeron que estábamos locas.
María: Nos fuimos a ver a un representante de Madrid. Empezaba el destape y nos ofreció hacer algo parecido a un numerito erótico. Le dijimos: "Usted se ha equivocado. Nosotras queremos ser como las hermanas Kessler".
Mayte: Nos dijo que fuésemos muy descocadas y cantásemos cosas... sensuales. Pero nosotros le dijimos que éramos dos señoras. Una tal Carmen, que era mano derecha de este representante, nos hizo una señal y dijo: "Venid, que yo os voy a encontrar trabajo".
María: Nos mandó a una sala de Zaragoza que se llamaba Cancela con un contrato de quince días.
Mayte: Una sala horrorosa. El director quería que nos metiésemos con el público y nos sentásemos en sus rodillas.
María: Así que a los tres días nos echaron por ser demasiado elegantes.
Mayte: Era un cabaret sórdido de parejitas. Dije: “¡Si mi padre me ve aquí me arrastra de los pelos hasta Logroño!”.
María: Llamé a mi exmarido, que era director de un hotel en Fuerteventura, y en enero de 1977 empezamos a hacer allí un número musical bajo el nombre de Venus. Un día nos dijeron: “Hacedlo bien hoy: viene un jefe de promoción de la RCA que está pasando las vacaciones en la isla”. Su nombre era Leon Dean.
Mayte: Nos preguntó: "Señoritas, ¿tienen algún contrato que les ate a este país?". Y gritamos a la vez: "¡Ninguno!".
María: Al terminar la actuación nos propuso ir a Alemania a grabar un disco.
Mayte: María estaba emocionadísima. Repetía: “Nosotras deberíamos ser famosas, pero famosas internacionales, que es mucho más divertido”. Yo le contesté: “No te ilusiones, están borrachos. Mañana ni se acuerdan de nosotras”.
María: Nuestro inglés no era demasiado bueno, mi excompañera ni siquiera lo hablaba.
Mayte: Ella hablaba inglés, pero la que sabía cantar era yo.
María: En Hamburgo el compositor Rolf Solja nos dijo: “Tengo una canción guardada desde hace años en un cajón. Se llama 'Yes sir, I can boogie”.
Mayte: La canción no llevaba años en un cajón, se la curró allí mismo pensando en nosotras. De repente nos llamaron y nos dijeron: "Rolf Solja ha terminado una canción y os espera mañana en el estudio".
María: La primera toma ya fue la buena.
Mayte: Estuvimos grabando allí muchísimo tiempo, sobre todo conmigo, por el acento. Pero no me dejaron tomar clases de inglés. Les daba miedo que empezase a pronunciarlo bien.
María: Leon nos cambió de nombre a Baccara y decidió que una vestiría de blanco y otra de negro. Lo único que no nos impuso fue la coreografía, que la monté yo.
Mayte: Me molestaba que nos impusieran cómo vestirnos. En la primera modista dije: “Esto es un horror, qué pena aparecer en la televisión alemana así de feas". Le dije a María: "Dile a Leon que esta ropa es espantosa y nos deje vestirnos de otra manera". Al final lo convencimos y nos dijo que fuésemos de compras por Hamburgo. Y encontramos dos vestidos preciosos, uno blanco y uno negro.
María: Nuestra primera actuación fue el 2 de mayo de 1977 en una televisión alemana. A las pocas horas empezamos a vender 40.000 copias diarias de 'Yes sir, I can boogie'.
Mayte: En realidad ya éramos número uno antes de haber aparecido en ningún medio.
María: El fenómeno fue tremendo: nos tenía que llevar la policía protegidas porque los fans nos perseguían por todos lados. Una fan me robó un zapato en un concierto y se fue con él. Gracias a Dios yo tenía una familia muy normal y me quedé con los pies en el suelo.
Mayte: Un admirador me persiguió en una playa de Tarragona y se metió conmigo en el mar para pedirme un autógrafo.
María: Cuando llegamos al número uno en Inglaterra fuimos a cantar al programa Top of the pops con la orquesta de la BBC.
Mayte: El realizador se acercó a nosotras y nos dijo muy nervioso: “Señoritas, lo único que entiendo de todo lo que dicen son las palabras 'mister' y 'boogie".
María: Vendimos 16 millones de copias, pero las críticas malas venían de España. Alguien escribió: “Parecen dos salchichas”.
Mayte: En 1979 representamos a Luxemburgo en Eurovisión y la RCA nos soltó: “Hemos ganado mucho dinero con vosotras. Comprad el vestido que queráis”. Fuimos a Christian Dior, en París. Marc Bohan nos hizo el mismo traje en blanco y en negro. Costó cada uno medio millón de pesetas.
María: En 1982 nos separamos porque Mayte quería cantar en solitario.
Mayte: ¿Sigue con eso treinta años después? Menuda mentira, ¡está tan lejos de la realidad! Escribe eso en mayúsculas. Ella exigió, vía jurídica, cambiar la mezcla de un single para que su voz se oyese tanto como la mía y la compañía dijo que no, que así no venderíamos. Por eso terminamos.
María: Los grupos dejan de funcionar cuando un miembro se cree mejor que el resto. Pero yo solo puedo hablar bien de Mayte, con ella conocí el éxito.
Mayte: Pues claro que solo puede hablar bien de mí, ¡faltaría más!