P. Los cachés de cuando se tocaba en las fiestas patronales pagadas por las alcaldías rozaban a veces el delirio, ¿no cree?
R. Yo creo que... no sabría qué decirle. Yo empecé tocando por 200.000 pesetas, y era 10.000 más de lo que cobraba Rocio Jurado, y eso me convertía en el artista mejor pagado de 1978. Luego salió Miguel Bosé y cobraba 250.000. Y de repente, llegó Baccara y cobraba un millón. Y todos queríamos un millón. Pero cuando empiezas a llenar los sitios no te pagan, te la juegas. Yo gané en un concierto en Santiago de Compostela 12 millones y al día siguiente los palmé en Huelva. Otra cosa es el error gravísimo de tocar en las fiestas de los pueblos.
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